29 de Septiembre – Día Mundial del Corazón

En el marco del Día Mundial del Corazón, te invitamos a leer las palabras de Gustavo Blanco, Cirujano Cardiovascular y estudiante de la Maestría en Gestión de Sistemas y Servicios de Salud:

Una reflexión en estos días tan complejos, en cercanía del día internacional del corazón, no podía ser tan necesaria. Enfrentados a la realidad tan dura que nos toca vivir en estos días, considerando el desgaste que sufre la población argentina por la pandemia de covid-19. Siendo el corazón el que responde prácticamente en todo lo que hacemos, el que nos llena de emociones como también el que nos sostiene en nuestros peores momentos.
Parecen palabras trilladas el cuidarlo, protegerlo, darle todo lo necesario para que cada día continúe latido a latido su labor. Nunca serán suficientes las recomendaciones sobre todas las maneras de cuidarlo, teniendo en cuenta que existen factores modificables y otros que no los podremos modificar.
Hay que entender que nuestra genética y nuestra edad nunca serán pasibles de modificar (no podemos evitar cumplir años ni desconocer quiénes somos). En cambio, abandonar o no iniciar el consumo de tabaco, hacer ejercicio, cuidarse en las comidas, bajar el perímetro abdominal, controlar los valores metabólicos y controlar la presión parecen dentro de los factores modificables una realidad a la que hoy todos conocemos y de manera responsable debemos apelar para cambiarlos.
Quizá por creer que en la vida no sólo se necesitan cuidados físicos y voluntad para no transgredir y conciliar el cuidado de la salud, es imposible no reconocer la salud espiritual de cada individuo. Esta misma desde su concepción requiere de un equilibrio y pugnar siempre por la búsqueda constante de la felicidad. Sanadora en múltiples actos para el corazón e igual de necesaria para plantear un equilibrio entre los cuidados físicos y emocionales.
Hay frases a mi entender que son transversales a todos los tiempos y no pierden vigencia. Esta reflexión del Dr. Favaloro es una de ellas “Yo me conformaría con que el corazón de los argentinos tuviera tres cosas: honestidad, responsabilidad y solidaridad” René Favaloro, 1923-2000.

Gustavo Blanco.